28 may 2008

TALES FROM THE CORB ! Nº 1

Comienza una nueva sección en El Diario, en ella iré contando pequeñas historias, todas ellas relacionadas con Corben, de una manera personal y que no puedo llamar de otro nombre que no sea...


" Los tebeos son caros. Antes también, y los de Toutain especialmente más. Sobre todos sus Álbumes, un lujo no al alcance de todos, sobre todo en una época en la que no era fácil tener unos “duros” en el bolsillo. La mayoría de los chavales veníamos de familias obreras en las que los lujos brillaban por su ausencia. Pese a todo, éramos unos privilegiados en comparación a la generación de nuestros padres, la generación de “paracuellos”, la de esos niños de posguerra que tantas penurias pasaron y que ya se acordaban de recordarnos cuando nos quejábamos o pedíamos cualquier capricho.

Eran tiempos de buscarse la vida, en la que cada uno se las apañaba para conseguir sus vicios. Era sorprendente la mano larga que tenía alguno, la facilidad para robar “tigretones” del supermercado. Casi la misma facilidad que tenía para no compartir el “botín” cuando le pedías un cacho. “ Haberlo robado tú”, era su frase mientras te restregaba lo cojonudo que estaba.

Yo nunca robé nada. Simplemente me jodía si no podía comprar o tener algo. Quizá ese hecho de tener que luchar por tener las cosas me haya hecho apreciar el tenerlas. Algo que no apreciaban la mayoría de esos manos largas, los cuales disfrutaban más por robar que por el objeto robado.

Pero una vez fui débil, no robé pero casi.

El kiosko de Esteban era el único que traía material Toutain. Gracias a él llevaba una temporada adquiriendo la Historia del Comic que editó Toutain en fascículos. Eran una redistribución a la que le habían subido el precio a 200 pesetas por medio de una pegatina. Todos los sábados por la mañana acudía como un clavo a por el fascículo. Despistarte un día suponía que alguien le diera por comprarlo y dejarte la colección colgada. El servicio de atrasados no existía y no llegaban más que uno o dos fascículos a lo mucho.

Una de esas mañanas de sábado llegó algo más aparte del fascículo. Manuscritos de la Plaga, el obras completas de Corben número 9. Joder!!!! Un Corben de “ los caros” en el kiosko de Esteban!!!! Algo totalmente excepcional. Poder comprar esos Corbens caros sólo era posible desplazándote a la citi, después de tener que haber ahorrado mucho tiempo y pagar los “gastos de envío”, una pasta en billetes de ida y vuelta en el autobús. Cuando no te caía “el peaje” de algún yonki, algo frecuente en las cercanías de la tienda de discos que vendía los álbumes de Toutain.

Con toda la pena del mundo compré mi fascículo y le di un último vistazo a esa estupenda portada del Manuscritos de la Plaga. Algo tenía claro. Que no podría ahorrar las 650 pelas que valía el tebeo antes de que alguien se hiciera con él. Que en el más o menos un mes que tardaría en reunir la pasta, me supondría dejar colgada la Historia de los comics, de la que llevaba dos tomos completos, tapas incluidas, y que ya tenía casi el tercero. Tenía claro que ese libro no haría compañía a los sólo dos Corbens que tenía, Rowlf y Allan Poe.

Cuando llegué a casa y mientras me disponía a quitar la pegatina de precio del fascículo vi la luz....

Coño !!!! si le pego el precio este al “Corben caro” ... El Esteban es perro viejo, pero su mujer está los domingos y no se entera mucho mientras devora el “pronto”... Joder!!!! No podía salir mal !!! y no era robar, diríamos que era pagarlo más barato...

Esa noche lo maquiné todo, cómo entrar con la pegatina de precio, cómo disimular... lo tenía todo atado y bien atado. Sólo me quedaba conseguir 100 pelas más, que amablemente me dio mi madre después de rogarle que era para un tebeo que quería mucho.

El domingo salió todo perfecto. Mientras cogía el Manuscritos le puse el nuevo precio, lo llevé al mostrador y como había previsto la mujer de Esteban miró el precio y me dijo “ 200 pesetas”. Música para mis oidos, le pagué y me fui a casa ansioso por devorar el Corben.
Los problemas vinieron luego, como una historia al más puro estilo EC. Un par de semanas después debía llegar uno de los fascículos de Historia del Comic con las tapas.

Las tapas no llegaron.

Cuando le pregunté a Esteban me dijo que las sacarían igual al final de la colección. OK, no problem. Confiaríamos en Esteban, aunque me quedaba mosca porque las otras dos tapas habían llegado bien, justo cuando completabas el tomo.

Seguí comprando los fascículos y llegando a los números finales del cuarto y último tomo las tapas no llegaron. Ni la del tomo 3 ni la del 4.
Aún hoy, cuando miro la colección de Historia del comic pienso que “algo” me castigó por haber engañado con aquel Corben, que ese era el precio que debía pagar, no tener completa la Historia del comic.

Curiosamente, y después de muchos años sin ver a ese “ manos largas “ del principio, el de los “tigretones” me comentaba lo jodido que andaba del estómago y que tenía el colesterol por las nubes...Justicia poética para los dos... "

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1 Comments:

Blogger Francisco said...

Ese sí que fue un auténtico final O'Henry, esos que siempre cerraban las historias E.C. y, más tarde, las de Warren.

11:11 a. m.  

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